Y ahora que nos volvemos a reconocer los rostros todo queda al descubierto……….

Ya no hay lugar a escondernos, a no hacer visible nuestras emociones. Ese sentimiento de seguridad que podía traernos, o de incomodidad deja de tener piso. Hoy, este nuevo momento, nos lleva a salir al mundo y a hacernos cargo.

En los más chicos, el rostro es casi desconocido porque llevan harto tiempo relacionándose con personas con su rostro encubierto. Para algunos adultos fue una oportunidad de esconder sus inseguridades, Ahora, todos mirándonos completos, produce un impacto que hemos de saber asumirlo. Todo cambia y podemos ver claramente nuestros cambios internos y la forma como comenzamos a relacionarnos con nuestro entorno. Es ahora, donde podemos manifestar nuestra transformación si hemos estado trabajando, dedicados en nuestro proceso interior.

Soltar los miedos y comenzar a retomar seguridad y confianza en libertad, sin duda es un momento grandioso lleno de posibilidades que no es sano desaprovechar.

Si, por el contrario, has estado paralizado y no avanzaste en tu trabajo interior, que sea tu momento para reconocerte, para no seguirte marchitando con tu propia indiferencia.

Estamos en toda la capacidad para decidir hasta qué punto decidimos someternos a nuestros miedos o si elegimos liberarnos en total amor.

Para vivir la renovación, hay que pasar por cierto caos que a veces preferimos no asumir, pero el evitarlo nos puede llevar a vivir una vida de total insatisfacción. Siempre será importante atreverse a hacer camino a todo lo que deseamos, por más lejano que nos parezca, está a un clip de una decisión.